La
gripe A es una enfermedad aguda de las vías respiratorias, que tiene cura y se puede controlar si se recibe atención
médica oportuna y los cuidados necesarios en casa (1). Pertenece a la familia
de los orthnyxoviradae también se le conoce como la gripe humana AH1N1. Puede
ser identificada como la gripe porcina ya que dicha enfermedad proviene de una
mutación entre dos cepas porcinas y una humana dando lugar a una cepa llamada
H1N1 originando la infección. Cuando el virus influenza A padece un
cambio antigénico la gripe puede aparecer con más gravedad y dando lugar a pandemias, epidemias (2), brotes localizados y
esporádicos (1).
La
familia del virus de la influenza se clasifica en tres tipos: A, B y C. El tipo
A incluye tres subtipos: H1N1, H2N2 y H3N2 que han causado epidemias extensas y
pandemias; el tipo B, se ha relacionado pocas veces con epidemias regionales o
dispersas y; el tipo C tiene relación con casos esporádicos y brotes pequeños
(1).
En
el momento que el virus empieza un nuevo ciclo de actividad, se estima que
entre un 20 a 40% de la población general adquiere el virus; de estos, la gran
mayoría (90%) NO presentaran síntomas o serán leves, casi al punto de pasar
desapercibidos (3).
Se
estima que el 10% restante podría presentar una infección respiratoria aguda
grave (IRAG) y potencialmente van a requerir ser hospitalizados (3); además durante
la pandemia de la gripe A (H1N1) la obesidad emergió como un predictor
significativo de gravedad debido a que se asocia a problemas metabólicos y
cardiovasculares, y tiene un efecto negativo sobre la respuesta inmunitaria y
la susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. En el curso de esta pandemia la obesidad resultó ser un
factor de riesgo independiente significativo de hospitalización y de muerte.
Hasta aquel momento la relación entre obesidad y gripe había estado basada en
las patologías relacionadas con la obesidad y cuya asociación con la gravedad
de la gripe estaba reconocida, tales como la diabetes o la enfermedad
cardiovascular. La OMS estima que cada año se producen entre 3 y 5 millones de
casos graves de gripe y entre 250.000 y 500.000 fallecimientos, y la
combinación de ambas epidemias requiere especial atención, debido a su impacto
obvio sobre la salud del conjunto de la población (4).
En
tanto, la posibilidad de desarrollar una IRAG es mayor en grupos de poblaciones
como embarazadas, personas mayores de 65 años, niños menores de 5 años y
pacientes con enfermedades crónicas (diabetes, asma, inmunodeficiencia,
obesidad, entre otras). Se estima que entre el 2 y 9% de los pacientes que
presentaran una IRAG fallecerán (3).
El
virus se transmite de persona a persona (entra al organismo por la boca, nariz
y ojos), principalmente cuando las personas enfermas o portadoras de influenza
expulsan gotitas de saliva al estornudar o toser frente a otra sin cubrirse la
boca y la nariz con el ángulo interno de
su codo;
al compartir utensilios (platos, vasos, cuchara o tenedor) o alimentos de una
persona enferma; o al saludar de mano, beso o abrazo a una persona enferma de
una infección respiratoria (1).
También
se puede transmitir a través del contacto con superficies previamente
contaminadas por gotitas de saliva de una persona enferma de influenza, tales
como las manos, mesas, teclados de computadora, mouse, artículos deportivos,
manijas, barandales, teléfonos, pañuelos desechables y telas (1).
La
sintomatología de la gripe A es muy parecida a la de la gripe estacional aunque
cabe destacar que es más agresiva1, y entre los signos y síntomas más comunes están: fiebre de
38° o más, tos, dolor de cabeza, escurrimiento nasal, enrojecimiento nasal,
congestión nasal, dolor de articulaciones, dolor muscular, decaimiento
(postración), dolor al tragar, dolor de pecho, dolor de estómago, diarrea (2).
Para
reducir la probabilidad de exposición y transmisión del virus es muy importante
que TODOS realicemos las medidas de higiene personal y del
entorno tales como (1):
·
Lavarse las manos frecuentemente con agua
y jabón o utilizar gel con base de alcohol, al llegar de la calle,
frecuentemente durante el día, después de tocar áreas de uso común, después de
ir al baño y antes de comer.
·
Al toser o estornudar, cubrirse la nariz y
boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo, a esta
técnica se le llama estornudo de etiqueta.
·
No escupir. Si es necesario hacerlo,
utilizar un pañuelo desechable, meterlo en una bolsa de plástico, anudarla
y tirarla a la basura, después lavarse las manos.
·
No
tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo nariz, boca y ojos.
·
Limpiar y desinfectar superficies y
objetos de uso común en: casas, oficinas, sitios cerrados, transporte, centros
de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz solar.
·
Quedarse en casa cuando se tienen
padecimientos respiratorios y acudir al médico si se presenta alguno de los
síntomas (fiebre mayor a 38° C, dolor de cabeza, dolor de garganta,
escurrimiento nasal, etc.)
En
caso de contagio recuerde (1):
·
Es muy importante NO AUTOMEDICARSE y siga
las indicaciones del médico
·
Permanezca en casa y evite tener contacto
con otras personas
·
No acuda a lugares muy concurridos si
tiene alguna infección respiratoria y procure no saludar de mano, abrazo o beso
·
No comparta alimentos, bebidas, vasos,
platos y cubiertos
Créditos: Est. Med. Génesis Gissell Bravo Salvatierra
Bibliografía
1. Osorio
O. INFLUENZA A (H1N1): EN CASO DE CONTAGIO [Internet]. promocion.salud.gob.mx.
2018 [cited 8 February 2018]. Available from: http://www.promocion.salud.gob.mx/dgps/interior1/influenza_informacion_todo.html
2. López
J, Segura D, Ortiz E. Gripe A: métodos de detección del antígeno H1N1
[Internet]. Ministerio de Salud Publica. 2015 [cited 8 February 2018].
Available from: https://formacionasunivep.com/Vciise/files/libros/LIBRO_3.pdf#page=372
3. Ojeda
J. Influenza, Ecuador SE. 49, 2017- 02, 2018 [Internet]. Salud.gob.ec. 2018
[cited 9 February 2018]. Available from: http://www.salud.gob.ec/wp-content/uploads/2018/01/INFLUENZA-SNVSP-1.pdf
4. Martín
V, Castilla J, Godoy P, Delgado-Rodríguez M, Soldevila N, Fernández-Villa T et
al. Índice de masa corporal elevado como factor de riesgo de hospitalización
por gripe: estudio de casos y controles [Internet]. Sci-hub.tw. 2015 [cited 9
February 2018]. Available from: https://sci-hub.tw/https://doi.org/10.1016/j.arbres.2015.11.006
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