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martes, 27 de febrero de 2018

DENGUE; UN MAL QUE NO DEBEMOS DESCUIDAR


DENGUE; UN MAL QUE NO DEBEMOS DESCUIDAR

     El virus del dengue (DENV) forma parte del serocomplejo que a su vez está por cuatro serotipos denominados del DENV1 al DENV4, son parte del genero flavivirus  de familia flaviviridae. Estos cuatro serotipos circulan periódicamente en áreas endémicas e hiperendémicas y, sin distinción alguna, todas causan la enfermedad conocida como dengue. En general los flavivirus tienen un genoma de ARN de cadena positiva, una cápside icosaédrica y una envoltura, sus genes estructurales se encuentran en el extremo 5’ del genoma de los flavivirus, el resultado es que las porciones de las poliproteinas que contienen las proteínas estructurales se sintetizan en primer lugar y con mayor eficacia, esto permite una mayor producción en número de proteínas estructurales, si bien reduce la eficacia de la síntesis de proteínas no estructurales y el inicio de la replicación vírica, esta característica puede contribuir al retraso en la detección de la replicación.(1,2)

     Según un estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, existe una asociación positiva entre la temperatura y la incidencia del dengue en Taiwán. Estos resultados muestran que esta asociación se relaciona principalmente con los efectos directos de la temperatura en la tasa de transmisión del dengue y los mecanismos para tales efectos directos incluyen, por ejemplo, los efectos de la temperatura sobre la tasa de picadura de los mosquitos, el período de incubación de los patógenos, y la exposición humana a los mosquitos (por ejemplo, al influir en el tiempo que se pasa al aire libre o con ventanas abiertas).La asociación temperatura-mosquito sugerida probablemente refleja el ciclo estacional de los mosquitos, con mayores abundancias en verano, ya que este modelo analiza la abundancia total más que el cambio en la abundancia de un mes a otro. Además los resultados muestran que la precipitación influye en la incidencia del dengue a través de efectos directos sobre la tasa de transmisión.(3)

     Los virus del dengue se han diseminado rápidamente dentro de los países y entre las regiones en las últimas décadas, lo que resulta en una mayor frecuencia de epidemias y enfermedades graves del dengue, hiperendicidad de múltiples serotipos del virus del dengue en muchos países tropicales y transmisión autóctona en Europa y EE. UU. Hoy en día, el dengue es considerado como la enfermedad viral transmitida por mosquitos más frecuente y que se propaga rápidamente en los seres humanos, es endémico en más de 100 países en el sudeste de Asia, las Américas, el Pacífico occidental, África y las regiones del este del Mediterráneo, y su incidencia se ha multiplicado por 30 en los últimos 50 años. Las estimaciones recientes realizadas en 2013 indican que 390 millones de personas tienen infecciones por el virus del dengue con 96 millones de casos anuales en todo el mundo, más de tres veces la estimación de 2012 de la OMS. Sin embargo, la verdadera carga de la enfermedad no es bien conocida, especialmente en India, Indonesia, Brasil, China y África.(4)

Virus del dengue

     Es de forma icosaedrica de 50nm, aproximadamente, conformado por una membrana lipídica sobre la cual se insertan las proteínas de membrana y de envoltura, el interior de los virus contiene el complejo riboproteico conformado por la proteína de la cápside y el genoma viral que consiste en una única hebra de ARN de sentido positivo que codifica para un polipeptedico único, que contiene tanto las proteínas estructurales como las no estructurales.

     Dentro de las proteínas virales, se encuentran las proteínas estructurales como la proteína C o también conocida como proteína core, la proteína precursora de membrana que se encuentra presente en los viriones inmaduros y junto con la proteína de membrana participan fundamentalmente en el proceso de maduración de la partícula viral. La proteína de envoltura E posee tres dominios, el segundo y tercero son determinantes para las interacciones entre el virus y los receptores de las células vulnerables, por otra parte la glucoproteína E es el principal inmunógeno del virus. También están las proteínas no estructurales con funciones muy importantes también.(2) La replicación viral es citoplasmática, aunque algunos eventos (poco esclarecidos) suceden en el núcleo. Por su parte, la traducción del RNA viral sucede en el retículo endoplásmico rugoso y produce una poliproteína que, por clivaje co-traduccional, da origen a las 3 proteínas estructurales.

     La propagación del virus, es posible gracias a un ciclo de transmisión humano-mosquito-humano. El principal vector del virus es la hembra del genero Aedes aegypti que luego de consumir sangre infectada, permite la replicación del virus en su intestino y glándulas salivares por 8-12 días, para transmitirlo de nuevo al alimentarse. Luego de la inoculación en un nuevo hospedero, se presenta un periodo de incubación que va de 2 a 7 días antes del inicio de los síntomas.

Formas clínicas

     La infección por cualquier serotipo DENV, induce un amplio espectro de manifestaciones que van desde la ausencia de síntomas hasta la muerte. Aunque un gran porcentaje de los casos son asintomáticos, en los casos sintomáticos, la severidad del cuadro clínico podría depender de factores como el serotipo viral, la virulencia de la cepa, del estado nutricional, los factores genéticos del hospedero y la historia de infecciones previas con otros serotipos de DENV. Después de la picadura del mosquito en un individuo susceptible, transcurre un periodo de incubación de 2 a 7 días durante el cual el virus se localiza y se replica en los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado, luego pasa hasta la sangre (fase de viremia) para infectar leucocitos y otros tejidos linfáticos. En este momento aparecen los signos y síntomas característicos, que pueden identificarse clínicamente como: Fase febril, Fase crítica y Fase de recuperación.

- Fase febril: Después del periodo de incubación que coincide con el periodo de viremia, el dengue comienza con fiebre alta de inicio súbito, escalofrío, cefalea y dolor retro-ocular. Las mialgias, artralgias y dolor lumbar son característicos de esta etapa temprana de la enfermedad. Puede haber edema palpebral, enrojecimiento facial y congestión conjuntival, anorexia y astenia, exantema macular o morbiliforme y manifestaciones hemorrágicas espontáneas menores como sangrado nasal, gingival y petequias. En general, estos signos son inespecíficos y hace difícil el diagnóstico preciso, si no se hace la investigación del caso en el laboratorio.

- Fase Crítica: Hacia el día 4 o 5 de enfermedad, la fiebre disminuye (defervescencia) y se inicia la fase crítica que puede durar hasta 3 días. En este momento, el signo clave para identificar el riesgo de complicaciones es la fuga plasmática. Una proporción alta de pacientes presentan cambios en la permeabilidad capilar con signos clínicos y de laboratorio como el aumento del hematocrito, edema y linfopenia. Estos últimos hacen posible identificar los ‘‘signos de alarma’’, que pueden predecir el inicio de un cuadro de dengue grave, acompañado de signos como dolor abdominal intenso y persistente, más de tres episodios de vomito diarios, hipotermia súbita, decaimiento, irritabilidad, somnolencia y plaquetopenia. Además del sangrado en mucosas (gingivorragia, epistaxis, sangrado gástrico), es frecuente la metrorragia que se confunde con sangrado menstrual. En el examen clínico se puede sospechar la existencia de derrame pleural o ascitis, pero deben ser evaluados con imágenes diagnósticas.

Muchos pacientes con dengue grave no presentan signos de alarma, pero pueden presentar alteraciones funcionales en algún órgano vital. Por otra parte, un porcentaje bajo de pacientes con dengue con o sin signos de alarma, pueden evolucionar hacia la forma grave de la enfermedad. En esta fase crítica, es cuando se puede hacer el diagnóstico del dengue grave, propuesto en la nueva clasificación de la OMS y que propone la instauración de medidas de control más acordes con la evolución del paciente.

- Dengue grave: Se presenta debido fundamentalmente a la extravasación de plasma hacia el intersticio, a la desregulación en la coagulación y al dano˜ tisular (puede ser hepático, miocárdico o nervioso). De acuerdo a los nuevos criterios para el diagnóstico del dengue, se considera un paciente con dengue grave cuando, presenta una o más de las siguientes complicaciones después de la fase febril (con o sin signos de alarma):

a. Hipotensión o choque
b. Sangrado mayor
c. Lesiones severas de órgano

- Fase de recuperación: Después que ha pasado la fase crítica de la enfermedad (que dura máximo 3 días desde el inicio de la defervescencia), el paciente mejora su estado general y desaparecen los dolores y la astenia. Los síntomas gastrointestinales desaparecen y se estabiliza la presión arterial. En algunos casos aparece un exantema generalizado con manchas blancas, que es característico de esta fase. Los valores de plaquetas, hematocrito y leucocitos se normalizan y el paciente se recupera completamente.(5,6)

Tratamiento

     Dada la ausencia de agentes antivirales o vacunas para curar o prevenir estas enfermedades, la única opción disponible de prevención es el control de Ae. aegypti, principalmente, el de especímenes inmaduros (reducción de fuentes de cría, aplicación de larvicidas) y de adultos (fumigación con insecticidas). Existen varias razones técnicas que explican la ineficacia de las actividades de reducción de las fuentes de cría o de la aplicación de larvicidas. Entre ellas, están la aparición de resistencia al larvicida temefos, la falta de una cobertura de control adecuada (poca población de mosquitos afectada, largos intervalos entre tratamientos), la existencia de criaderos crípticos que pueden producir más Ae. aegypti que los recipientes visibles  y una deficiente supervisión de las actividades de campo. El control de los mosquitos Ae. aegypti adultos se hace principalmente con la fumigación de volumen ‘ultrabajo’, desde equipos montados sobre vehículos terrestres o aéreos. Sin embargo, esta técnica no alcanza a matar a la mayoría de los mosquitos adultos que se encuentran reposando dentro de las casas y no se recomienda como única medida de control de Ae. aegypti. (7)
     Otras razones que limitan el éxito en el control del virus del dengue y otros arbovirus, son las siguientes.

·        Los programas de control de Ae. aegypti están prácticamente desmantelados en muchos países y carecen de objetivos claros, presupuestos adecuados o personal calificado en entomología y control de vectores.

·       Debido a que la mortalidad por dengue y chikunguña es muy inferior a la de algunas otras enfermedades, los programas de control de estos arbovirus no siempre tienen prioridad.
·         Existen cuatro serotipos de dengue que no causan inmunidad o protección cruzada, de modo que pueden circular de forma simultánea o secuencial en áreas urbanas, sin agotar los huéspedes vulnerables.
·         Hay una gran frecuencia de ‘reintroducción’ o intercambio de virus debido a la circulación de personas entre vecindarios, municipalidades, estados o países, donde la transmisión de los virus es alta y diseminada. El aumento en el acceso al transporte aéreo también ha facilitado la importación de los virus en personas infectadas provenientes de lugares muy distantes.

·         La población humana ha venido aumentando y concentrándose en áreas urbanas sin servicios públicos adecuados, con la consecuente proliferación de recipientes que acumulan agua y sirven de criadero de Ae. aegypti en áreas privadas a las cuales los inspectores de salud no tienen acceso.

BIBLIOGRAFÍA

1.        Murray P, Rosenthal K, Pfaller M. Introducción a la microbiología médica. Microbiología médica. 2013. 3 p.
2.        Velandia ML, Castellanos JE. Virus del dengue: estructura y ciclo viral. Infectio [Internet]. 2011 Mar;15(1):33–43. Available from: http://www.scielo.org.co/pdf/inf/v15n1/v15n1a06.pdf
3.        Xu L, Stige LC, Chan K-S, Zhou J, Yang J, Sang S, et al. Climate variation drives dengue dynamics. Proc Natl Acad Sci [Internet]. 2017;114(1):113–8. Available from: http://www.pnas.org/lookup/doi/10.1073/pnas.1618558114
4.        Guzman MG, Harris E. Dengue. Lancet (London, England) [Internet]. 2015 Jan 31;385(9966):453–65. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25230594
5.        Castellanos J, Bello J, Velandia-Romero M. Manifestaciones neurológicas durante la infección por el virus del dengue. Infectio [Internet]. 2014;18(4):167–76. Available from: www.elsevier.es/infectio
6.        Rodríguez-Salazar CA, Recalde-Reyes DP, González MM, Padilla Sanabria L, Quintero-Álvarez L, Gallego-Gómez JC, et al. Manifestaciones clínicas y hallazgos de laboratorio de una serie de casos febriles agudos con diagnóstico presuntivo de infección por el virus dengue. Quindío (Colombia). Infectio [Internet]. 2016 Apr;20(2):84–92. Available from: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0123939215000909
7.        Biomédica. Control de los mosquitos vectores del dengue y del chikunguña: ¿es necesario reexaminar las estrategias actuales? Septiembre de 2015. 35(3):3.
            from: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-41572015000300001&lng=en&nrm=iso&tlng=en




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